¿Suena a título de película de animación, verdad?
Sorprende este nombre tan peculiar, pero el
“síndrome del gato paracaidista” es una realidad frecuente en las urgencias veterinarias. La precipitación al vacío de muchos de mis primos propicia diferentes lesiones a consecuencia de los traumatismos por el impacto contra el suelo.
Los gatos sentimos fascinación por las alturas y somos curiosones por naturaleza. Las cornisas de las ventanas, las barandillas de los balcones, incluso los tejados, son lugares que nos encantan pues nos ofrecen control total sobre todo lo que acontece en nuestro territorio.
El síndrome del gato paracaidista se produce por la caída al vacío al perder el equilibrio estando en alguno de estos lugares. Obviamente, no hacemos este salto de forma intencionada. Solo hace falta un traspiés, una ráfaga de aire, un susto o algo similar (como la presencia de un pajarillo) para que lleguemos perder estabilidad y nos precipitemos al vacío.
Se dice que nosotros los gatos siempre caemos de pie, sobre nuestras cuatro patas… Eso no siempre es así, pero eso ya os lo contaré en otro momento.
Las lesiones más frecuentes que nos pueden ocasionar estas caídas son: Traumatismos torácicos y/o abdominales; hemorragias internas; lesiones en la columna vertebral y/o fracturas de diversa índole. Curiosamente, una de las fracturas más habituales es la de la mandíbula. La columna vertebral y las patas nos actúan como muelles, pero la inercia de la caída puede provocar el movimiento de la cabeza haciendo que la mandíbula golpee contra el suelo fracturándose.
Para prevenir este riesgo en mis primos, los gatos de apartamento, os recomiendo: Colocar mosquiteras en las ventanas, redes de contención en los balcones y dejar ventanas y balcones cerrados cuando se queden solos en casa… Si mis primos se enteran de que os sugiero esto igual me echan de la logia felina, pero es por su bien.
Mis Teeq - Scandalous - Catwoman