En 1903, el general Francisco Bosch, ya fallecido, poseía una deuda con el fisco sobre los campos de su propiedad, para saldar dicha deuda, su viuda, Dona Laura Saenz Valiente de Bosch, en nombre y representación de la sucesión de Don Francisco Bosch, decide vender al Estado Argentino la cabaña "La Laura" situada en la localidad de Marcos Paz, cuartel 3ro, lindante al arroyo Morales en la provincia de Buenos Aires.En octubre de 1903 se firma el boleto de compra venta por el casco principal de la cabaña con todos sus edificios, parques, bosques, sembrados, alambrados interiores y exteriores, y la pequeña usina que poseía, con una superficie total de 702 Ha. En estas tierras, el 12 de octubre de 1904, abre sus puertas la "Colonia de Reforma de Menores Varones", fundada con el propósito de dar alojamiento a los menores desamparados o abandonados, asi como a los que, habiendo cometido alguna falta, debían ser sometidos a cierto régimen disciplinario. La Colonia dependía del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y estaba controlada por el Patronato Nacional de Menores.Al poco tiempo de comenzar a funcionar se reemplazaron los antiguos galpones de la estancia por pabellones de mampostería, se amplió la usina, se comenzaron a labrar los campos y con la producción de verduras, carnes y leche se abasteció el consumo interno.
El sistema establecido fue el de pabellones con numerosos menores, de disciplina dura, imperando un régimen carcelario y de reformatorio. Los edificios eran a la manera de cuarteles, formando espaciosos dormitorios, comedores largos, baños, enormes calabozos y patios.En 1915 se le cambia el nombre al reformatorio por el de "Colonia Nacional de Menores Varones".
Para 1924 se producen grandes cambios, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear mediante decreto vuelva a cambiar el nombre del establecimiento por el de "Colonia Hogar Ricardo Gutierrez" designación que correspondía a una personalidad representativa de la obra de protección de la infancia. Ese mismo año se inviste en el cargo de Director al señor Jose Amatuzzo, quien había estudiado la carrera de sociología en Estados Unidos, aprendiendo métodos avanzados sobre la educación de la niñez abandonada y delincuente. El nuevo Director humanizo el sistema impulsando un régimen de Casas-Hogares en lugar de pabellones. La Colonia fue dividida en secciones: Ganadería, Agrícola, Industria y Oficios. Se construyeron Casas-Hogares con capacidad para 30 niños, separados entre casa y casa a una distancia de 300 metros, lo que permitía realizar la separación por edades, condición primordial en un establecimiento con tanta población. La construcción de las Casas-hogares, como todo edificio adyacente a las casas, era sencillo y práctico, pero bien distribuidas en su interior. La arquitectura respondía a las casas de campo, estaban provistas de tres dormitorios con espacio para 10 camas y roperos para cada alumno, un ancho corredor que rodeaba al comedor y a la sala de reunión y de juegos, una biblioteca con libros que se renovaban periódicamente. Contaban con amplio baño, un cuarto de vestir y un pequeño cuarto de disciplina, además una cocina equipada. Las casas tenían una sola puerta de entrada, próxima a la habitación del matrimonio encargado, lo que hacía fácil la vigilancia. La decoración de las casas la realizaban los niños del taller de pintura y el mobiliario lo construían los niños del taller de carpintería.
Amatuzzo llevo la inteligencia renovadora, la dignidad por la persona, conduciendo un cambio en la Colonia. Comía con los niños, se mezclaba en sus juegos y se interesaba por sus problemas, trabajaba en los talleres con los alumnos. Ese cambio llevo a La Colonia a ser reconocida mundialmente, de hecho, el modelo fue luego copiado en otros países latinoamericanos.
Se cuidaba muy especialmente la higiene personal, la de los talleres y sobre todo la de las casas-hogares, su interior y exterior como sus jardines y senderos. También se tenía muy en cuenta la alimentación que era sana y abundante, consistía en productos de granja, tambo y huerta, a la hora de comer compartían la mesa los empleados, los encargados y los alumnos.
Durante el día los niños concurrían a la escuela, o a clase de gimnasia, música, talleres o faenas agrícolas, o granjas o huerta, y en las horas libres alternaban sus juegos con un deporte, como futbol, basquetbol, juego de sapo, bochas, ajedrez, damas, domino o escuchaban música. La Direccion implanto en 1930 los campamentos durante los meses de verano para los alumnos, concurrían en grupos de 50 alumnos de distintas casas-hogares. A orillas del lindante arroyo Morales se construyo una gran plataforma elevada, que servía para la instalación de las carpas y una gran pileta de natación, una casa cocina y un gran tinglado donde habían instalado mesas de comedor.La Colonia contaba con amplios edificios donde estaban la Dirección, la Prefectura, el hospital, el economato, la escuela, la casa de los empleados sin familia, la carnicería y frigorífico, la panadería y los talleres de carpintería, zapatería, ebanistería, herrería, mecánica, hojalatería, pinturería, alfarería, escoberia, fabrica de mosaicos, imprenta, parque avícola, criadero de cerdo, colmenares, tambos completos con ordenes mecánicos y una cremería.Por el prestigio que había adquirido La Colonia a nivel mundial comenzaron a visitarla diversas personalidades vinculadas y hasta alumnos que fueron becados por sus gobiernos para venir a Argentina a comprobar el modelo aplicado, esto dio motivo a la construcción de un pequeño chalet de huéspedes.Para la década de 1980, las problemáticas fueron haciéndose cada vez mas complejas y la Colonia comenzó mas a responder a las necesidades de los adultos que a los fines terapéuticos de los niños. La implementación de diversas teorías hizo que todo entrara en decadencia. Aparece el deterioro y el abandono de la infraestructura, la desactivación de los talleres y la sesión de tierras en forma precaria y gratuita para explotaciones agrícolas.
Hoy la Colonia funciona en parte de los edificios recuperados como un espacio dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, donde se desarrollan actividades recreativas orientadas a jóvenes y niños.
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En 1903, el general Francisco Bosch, ya fallecido, poseía una deuda con el fisco sobre los campos de su propiedad, para saldar dicha deuda, su viuda, Dona Laura Saenz Valiente de Bosch, en nombre y representación de la sucesión de Don Francisco Bosch, decide vender al Estado Argentino la cabaña "La Laura" situada en la localidad de Marcos Paz, cuartel 3ro, lindante al arroyo Morales en la provincia de Buenos Aires.En octubre de 1903 se firma el boleto de compra venta por el casco principal de la cabaña con todos sus edificios, parques, bosques, sembrados, alambrados interiores y exteriores, y la pequeña usina que poseía, con una superficie total de 702 Ha. En estas tierras, el 12 de octubre de 1904, abre sus puertas la "Colonia de Reforma de Menores Varones", fundada con el propósito de dar alojamiento a los menores desamparados o abandonados, asi como a los que, habiendo cometido alguna falta, debían ser sometidos a cierto régimen disciplinario. La Colonia dependía del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y estaba controlada por el Patronato Nacional de Menores.Al poco tiempo de comenzar a funcionar se reemplazaron los antiguos galpones de la estancia por pabellones de mampostería, se amplió la usina, se comenzaron a labrar los campos y con la producción de verduras, carnes y leche se abasteció el consumo interno.
El sistema establecido fue el de pabellones con numerosos menores, de disciplina dura, imperando un régimen carcelario y de reformatorio. Los edificios eran a la manera de cuarteles, formando espaciosos dormitorios, comedores largos, baños, enormes calabozos y patios.En 1915 se le cambia el nombre al reformatorio por el de "Colonia Nacional de Menores Varones".
Para 1924 se producen grandes cambios, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear mediante decreto vuelva a cambiar el nombre del establecimiento por el de "Colonia Hogar Ricardo Gutierrez" designación que correspondía a una personalidad representativa de la obra de protección de la infancia. Ese mismo año se inviste en el cargo de Director al señor Jose Amatuzzo, quien había estudiado la carrera de sociología en Estados Unidos, aprendiendo métodos avanzados sobre la educación de la niñez abandonada y delincuente. El nuevo Director humanizo el sistema impulsando un régimen de Casas-Hogares en lugar de pabellones. La Colonia fue dividida en secciones: Ganadería, Agrícola, Industria y Oficios. Se construyeron Casas-Hogares con capacidad para 30 niños, separados entre casa y casa a una distancia de 300 metros, lo que permitía realizar la separación por edades, condición primordial en un establecimiento con tanta población. La construcción de las Casas-hogares, como todo edificio adyacente a las casas, era sencillo y práctico, pero bien distribuidas en su interior. La arquitectura respondía a las casas de campo, estaban provistas de tres dormitorios con espacio para 10 camas y roperos para cada alumno, un ancho corredor que rodeaba al comedor y a la sala de reunión y de juegos, una biblioteca con libros que se renovaban periódicamente. Contaban con amplio baño, un cuarto de vestir y un pequeño cuarto de disciplina, además una cocina equipada. Las casas tenían una sola puerta de entrada, próxima a la habitación del matrimonio encargado, lo que hacía fácil la vigilancia. La decoración de las casas la realizaban los niños del taller de pintura y el mobiliario lo construían los niños del taller de carpintería.
Amatuzzo llevo la inteligencia renovadora, la dignidad por la persona, conduciendo un cambio en la Colonia. Comía con los niños, se mezclaba en sus juegos y se interesaba por sus problemas, trabajaba en los talleres con los alumnos. Ese cambio llevo a La Colonia a ser reconocida mundialmente, de hecho, el modelo fue luego copiado en otros países latinoamericanos.
Se cuidaba muy especialmente la higiene personal, la de los talleres y sobre todo la de las casas-hogares, su interior y exterior como sus jardines y senderos. También se tenía muy en cuenta la alimentación que era sana y abundante, consistía en productos de granja, tambo y huerta, a la hora de comer compartían la mesa los empleados, los encargados y los alumnos.
Durante el día los niños concurrían a la escuela, o a clase de gimnasia, música, talleres o faenas agrícolas, o granjas o huerta, y en las horas libres alternaban sus juegos con un deporte, como futbol, basquetbol, juego de sapo, bochas, ajedrez, damas, domino o escuchaban música. La Direccion implanto en 1930 los campamentos durante los meses de verano para los alumnos, concurrían en grupos de 50 alumnos de distintas casas-hogares. A orillas del lindante arroyo Morales se construyo una gran plataforma elevada, que servía para la instalación de las carpas y una gran pileta de natación, una casa cocina y un gran tinglado donde habían instalado mesas de comedor.La Colonia contaba con amplios edificios donde estaban la Dirección, la Prefectura, el hospital, el economato, la escuela, la casa de los empleados sin familia, la carnicería y frigorífico, la panadería y los talleres de carpintería, zapatería, ebanistería, herrería, mecánica, hojalatería, pinturería, alfarería, escoberia, fabrica de mosaicos, imprenta, parque avícola, criadero de cerdo, colmenares, tambos completos con ordenes mecánicos y una cremería.Por el prestigio que había adquirido La Colonia a nivel mundial comenzaron a visitarla diversas personalidades vinculadas y hasta alumnos que fueron becados por sus gobiernos para venir a Argentina a comprobar el modelo aplicado, esto dio motivo a la construcción de un pequeño chalet de huéspedes.Para la década de 1980, las problemáticas fueron haciéndose cada vez mas complejas y la Colonia comenzó mas a responder a las necesidades de los adultos que a los fines terapéuticos de los niños. La implementación de diversas teorías hizo que todo entrara en decadencia. Aparece el deterioro y el abandono de la infraestructura, la desactivación de los talleres y la sesión de tierras en forma precaria y gratuita para explotaciones agrícolas.
Hoy la Colonia funciona en parte de los edificios recuperados como un espacio dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, donde se desarrollan actividades recreativas orientadas a jóvenes y niños.
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En 1903, el general Francisco Bosch, ya fallecido, poseía una deuda con el fisco sobre los campos de su propiedad, para saldar dicha deuda, su viuda, Dona Laura Saenz Valiente de Bosch, en nombre y representación de la sucesión de Don Francisco Bosch, decide vender al Estado Argentino la cabaña "La Laura" situada en la localidad de Marcos Paz, cuartel 3ro, lindante al arroyo Morales en la provincia de Buenos Aires.En octubre de 1903 se firma el boleto de compra venta por el casco principal de la cabaña con todos sus edificios, parques, bosques, sembrados, alambrados interiores y exteriores, y la pequeña usina que poseía, con una superficie total de 702 Ha. En estas tierras, el 12 de octubre de 1904, abre sus puertas la "Colonia de Reforma de Menores Varones", fundada con el propósito de dar alojamiento a los menores desamparados o abandonados, asi como a los que, habiendo cometido alguna falta, debían ser sometidos a cierto régimen disciplinario. La Colonia dependía del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y estaba controlada por el Patronato Nacional de Menores.Al poco tiempo de comenzar a funcionar se reemplazaron los antiguos galpones de la estancia por pabellones de mampostería, se amplió la usina, se comenzaron a labrar los campos y con la producción de verduras, carnes y leche se abasteció el consumo interno.
El sistema establecido fue el de pabellones con numerosos menores, de disciplina dura, imperando un régimen carcelario y de reformatorio. Los edificios eran a la manera de cuarteles, formando espaciosos dormitorios, comedores largos, baños, enormes calabozos y patios.En 1915 se le cambia el nombre al reformatorio por el de "Colonia Nacional de Menores Varones".
Para 1924 se producen grandes cambios, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear mediante decreto vuelva a cambiar el nombre del establecimiento por el de "Colonia Hogar Ricardo Gutierrez" designación que correspondía a una personalidad representativa de la obra de protección de la infancia. Ese mismo año se inviste en el cargo de Director al señor Jose Amatuzzo, quien había estudiado la carrera de sociología en Estados Unidos, aprendiendo métodos avanzados sobre la educación de la niñez abandonada y delincuente. El nuevo Director humanizo el sistema impulsando un régimen de Casas-Hogares en lugar de pabellones. La Colonia fue dividida en secciones: Ganadería, Agrícola, Industria y Oficios. Se construyeron Casas-Hogares con capacidad para 30 niños, separados entre casa y casa a una distancia de 300 metros, lo que permitía realizar la separación por edades, condición primordial en un establecimiento con tanta población. La construcción de las Casas-hogares, como todo edificio adyacente a las casas, era sencillo y práctico, pero bien distribuidas en su interior. La arquitectura respondía a las casas de campo, estaban provistas de tres dormitorios con espacio para 10 camas y roperos para cada alumno, un ancho corredor que rodeaba al comedor y a la sala de reunión y de juegos, una biblioteca con libros que se renovaban periódicamente. Contaban con amplio baño, un cuarto de vestir y un pequeño cuarto de disciplina, además una cocina equipada. Las casas tenían una sola puerta de entrada, próxima a la habitación del matrimonio encargado, lo que hacía fácil la vigilancia. La decoración de las casas la realizaban los niños del taller de pintura y el mobiliario lo construían los niños del taller de carpintería.
Amatuzzo llevo la inteligencia renovadora, la dignidad por la persona, conduciendo un cambio en la Colonia. Comía con los niños, se mezclaba en sus juegos y se interesaba por sus problemas, trabajaba en los talleres con los alumnos. Ese cambio llevo a La Colonia a ser reconocida mundialmente, de hecho, el modelo fue luego copiado en otros países latinoamericanos.
Se cuidaba muy especialmente la higiene personal, la de los talleres y sobre todo la de las casas-hogares, su interior y exterior como sus jardines y senderos. También se tenía muy en cuenta la alimentación que era sana y abundante, consistía en productos de granja, tambo y huerta, a la hora de comer compartían la mesa los empleados, los encargados y los alumnos.
Durante el día los niños concurrían a la escuela, o a clase de gimnasia, música, talleres o faenas agrícolas, o granjas o huerta, y en las horas libres alternaban sus juegos con un deporte, como futbol, basquetbol, juego de sapo, bochas, ajedrez, damas, domino o escuchaban música. La Direccion implanto en 1930 los campamentos durante los meses de verano para los alumnos, concurrían en grupos de 50 alumnos de distintas casas-hogares. A orillas del lindante arroyo Morales se construyo una gran plataforma elevada, que servía para la instalación de las carpas y una gran pileta de natación, una casa cocina y un gran tinglado donde habían instalado mesas de comedor.La Colonia contaba con amplios edificios donde estaban la Dirección, la Prefectura, el hospital, el economato, la escuela, la casa de los empleados sin familia, la carnicería y frigorífico, la panadería y los talleres de carpintería, zapatería, ebanistería, herrería, mecánica, hojalatería, pinturería, alfarería, escoberia, fabrica de mosaicos, imprenta, parque avícola, criadero de cerdo, colmenares, tambos completos con ordenes mecánicos y una cremería.Por el prestigio que había adquirido La Colonia a nivel mundial comenzaron a visitarla diversas personalidades vinculadas y hasta alumnos que fueron becados por sus gobiernos para venir a Argentina a comprobar el modelo aplicado, esto dio motivo a la construcción de un pequeño chalet de huéspedes.Para la década de 1980, las problemáticas fueron haciéndose cada vez mas complejas y la Colonia comenzó mas a responder a las necesidades de los adultos que a los fines terapéuticos de los niños. La implementación de diversas teorías hizo que todo entrara en decadencia. Aparece el deterioro y el abandono de la infraestructura, la desactivación de los talleres y la sesión de tierras en forma precaria y gratuita para explotaciones agrícolas.
Hoy la Colonia funciona en parte de los edificios recuperados como un espacio dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, donde se desarrollan actividades recreativas orientadas a jóvenes y niños.
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En 1903, el general Francisco Bosch, ya fallecido, poseía una deuda con el fisco sobre los campos de su propiedad, para saldar dicha deuda, su viuda, Dona Laura Saenz Valiente de Bosch, en nombre y representación de la sucesión de Don Francisco Bosch, decide vender al Estado Argentino la cabaña "La Laura" situada en la localidad de Marcos Paz, cuartel 3ro, lindante al arroyo Morales en la provincia de Buenos Aires.En octubre de 1903 se firma el boleto de compra venta por el casco principal de la cabaña con todos sus edificios, parques, bosques, sembrados, alambrados interiores y exteriores, y la pequeña usina que poseía, con una superficie total de 702 Ha. En estas tierras, el 12 de octubre de 1904, abre sus puertas la "Colonia de Reforma de Menores Varones", fundada con el propósito de dar alojamiento a los menores desamparados o abandonados, asi como a los que, habiendo cometido alguna falta, debían ser sometidos a cierto régimen disciplinario. La Colonia dependía del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y estaba controlada por el Patronato Nacional de Menores.Al poco tiempo de comenzar a funcionar se reemplazaron los antiguos galpones de la estancia por pabellones de mampostería, se amplió la usina, se comenzaron a labrar los campos y con la producción de verduras, carnes y leche se abasteció el consumo interno.
El sistema establecido fue el de pabellones con numerosos menores, de disciplina dura, imperando un régimen carcelario y de reformatorio. Los edificios eran a la manera de cuarteles, formando espaciosos dormitorios, comedores largos, baños, enormes calabozos y patios.En 1915 se le cambia el nombre al reformatorio por el de "Colonia Nacional de Menores Varones".
Para 1924 se producen grandes cambios, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear mediante decreto vuelva a cambiar el nombre del establecimiento por el de "Colonia Hogar Ricardo Gutierrez" designación que correspondía a una personalidad representativa de la obra de protección de la infancia. Ese mismo año se inviste en el cargo de Director al señor Jose Amatuzzo, quien había estudiado la carrera de sociología en Estados Unidos, aprendiendo métodos avanzados sobre la educación de la niñez abandonada y delincuente. El nuevo Director humanizo el sistema impulsando un régimen de Casas-Hogares en lugar de pabellones. La Colonia fue dividida en secciones: Ganadería, Agrícola, Industria y Oficios. Se construyeron Casas-Hogares con capacidad para 30 niños, separados entre casa y casa a una distancia de 300 metros, lo que permitía realizar la separación por edades, condición primordial en un establecimiento con tanta población. La construcción de las Casas-hogares, como todo edificio adyacente a las casas, era sencillo y práctico, pero bien distribuidas en su interior. La arquitectura respondía a las casas de campo, estaban provistas de tres dormitorios con espacio para 10 camas y roperos para cada alumno, un ancho corredor que rodeaba al comedor y a la sala de reunión y de juegos, una biblioteca con libros que se renovaban periódicamente. Contaban con amplio baño, un cuarto de vestir y un pequeño cuarto de disciplina, además una cocina equipada. Las casas tenían una sola puerta de entrada, próxima a la habitación del matrimonio encargado, lo que hacía fácil la vigilancia. La decoración de las casas la realizaban los niños del taller de pintura y el mobiliario lo construían los niños del taller de carpintería.
Amatuzzo llevo la inteligencia renovadora, la dignidad por la persona, conduciendo un cambio en la Colonia. Comía con los niños, se mezclaba en sus juegos y se interesaba por sus problemas, trabajaba en los talleres con los alumnos. Ese cambio llevo a La Colonia a ser reconocida mundialmente, de hecho, el modelo fue luego copiado en otros países latinoamericanos.
Se cuidaba muy especialmente la higiene personal, la de los talleres y sobre todo la de las casas-hogares, su interior y exterior como sus jardines y senderos. También se tenía muy en cuenta la alimentación que era sana y abundante, consistía en productos de granja, tambo y huerta, a la hora de comer compartían la mesa los empleados, los encargados y los alumnos.
Durante el día los niños concurrían a la escuela, o a clase de gimnasia, música, talleres o faenas agrícolas, o granjas o huerta, y en las horas libres alternaban sus juegos con un deporte, como futbol, basquetbol, juego de sapo, bochas, ajedrez, damas, domino o escuchaban música. La Direccion implanto en 1930 los campamentos durante los meses de verano para los alumnos, concurrían en grupos de 50 alumnos de distintas casas-hogares. A orillas del lindante arroyo Morales se construyo una gran plataforma elevada, que servía para la instalación de las carpas y una gran pileta de natación, una casa cocina y un gran tinglado donde habían instalado mesas de comedor.La Colonia contaba con amplios edificios donde estaban la Dirección, la Prefectura, el hospital, el economato, la escuela, la casa de los empleados sin familia, la carnicería y frigorífico, la panadería y los talleres de carpintería, zapatería, ebanistería, herrería, mecánica, hojalatería, pinturería, alfarería, escoberia, fabrica de mosaicos, imprenta, parque avícola, criadero de cerdo, colmenares, tambos completos con ordenes mecánicos y una cremería.Por el prestigio que había adquirido La Colonia a nivel mundial comenzaron a visitarla diversas personalidades vinculadas y hasta alumnos que fueron becados por sus gobiernos para venir a Argentina a comprobar el modelo aplicado, esto dio motivo a la construcción de un pequeño chalet de huéspedes.Para la década de 1980, las problemáticas fueron haciéndose cada vez mas complejas y la Colonia comenzó mas a responder a las necesidades de los adultos que a los fines terapéuticos de los niños. La implementación de diversas teorías hizo que todo entrara en decadencia. Aparece el deterioro y el abandono de la infraestructura, la desactivación de los talleres y la sesión de tierras en forma precaria y gratuita para explotaciones agrícolas.
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En 1903, el general Francisco Bosch, ya fallecido, poseía una deuda con el fisco sobre los campos de su propiedad, para saldar dicha deuda, su viuda, Dona Laura Saenz Valiente de Bosch, en nombre y representación de la sucesión de Don Francisco Bosch, decide vender al Estado Argentino la cabaña "La Laura" situada en la localidad de Marcos Paz, cuartel 3ro, lindante al arroyo Morales en la provincia de Buenos Aires.En octubre de 1903 se firma el boleto de compra venta por el casco principal de la cabaña con todos sus edificios, parques, bosques, sembrados, alambrados interiores y exteriores, y la pequeña usina que poseía, con una superficie total de 702 Ha. En estas tierras, el 12 de octubre de 1904, abre sus puertas la "Colonia de Reforma de Menores Varones", fundada con el propósito de dar alojamiento a los menores desamparados o abandonados, asi como a los que, habiendo cometido alguna falta, debían ser sometidos a cierto régimen disciplinario. La Colonia dependía del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y estaba controlada por el Patronato Nacional de Menores.Al poco tiempo de comenzar a funcionar se reemplazaron los antiguos galpones de la estancia por pabellones de mampostería, se amplió la usina, se comenzaron a labrar los campos y con la producción de verduras, carnes y leche se abasteció el consumo interno.
El sistema establecido fue el de pabellones con numerosos menores, de disciplina dura, imperando un régimen carcelario y de reformatorio. Los edificios eran a la manera de cuarteles, formando espaciosos dormitorios, comedores largos, baños, enormes calabozos y patios.En 1915 se le cambia el nombre al reformatorio por el de "Colonia Nacional de Menores Varones".
Para 1924 se producen grandes cambios, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear mediante decreto vuelva a cambiar el nombre del establecimiento por el de "Colonia Hogar Ricardo Gutierrez" designación que correspondía a una personalidad representativa de la obra de protección de la infancia. Ese mismo año se inviste en el cargo de Director al señor Jose Amatuzzo, quien había estudiado la carrera de sociología en Estados Unidos, aprendiendo métodos avanzados sobre la educación de la niñez abandonada y delincuente. El nuevo Director humanizo el sistema impulsando un régimen de Casas-Hogares en lugar de pabellones. La Colonia fue dividida en secciones: Ganadería, Agrícola, Industria y Oficios. Se construyeron Casas-Hogares con capacidad para 30 niños, separados entre casa y casa a una distancia de 300 metros, lo que permitía realizar la separación por edades, condición primordial en un establecimiento con tanta población. La construcción de las Casas-hogares, como todo edificio adyacente a las casas, era sencillo y práctico, pero bien distribuidas en su interior. La arquitectura respondía a las casas de campo, estaban provistas de tres dormitorios con espacio para 10 camas y roperos para cada alumno, un ancho corredor que rodeaba al comedor y a la sala de reunión y de juegos, una biblioteca con libros que se renovaban periódicamente. Contaban con amplio baño, un cuarto de vestir y un pequeño cuarto de disciplina, además una cocina equipada. Las casas tenían una sola puerta de entrada, próxima a la habitación del matrimonio encargado, lo que hacía fácil la vigilancia. La decoración de las casas la realizaban los niños del taller de pintura y el mobiliario lo construían los niños del taller de carpintería.
Amatuzzo llevo la inteligencia renovadora, la dignidad por la persona, conduciendo un cambio en la Colonia. Comía con los niños, se mezclaba en sus juegos y se interesaba por sus problemas, trabajaba en los talleres con los alumnos. Ese cambio llevo a La Colonia a ser reconocida mundialmente, de hecho, el modelo fue luego copiado en otros países latinoamericanos.
Se cuidaba muy especialmente la higiene personal, la de los talleres y sobre todo la de las casas-hogares, su interior y exterior como sus jardines y senderos. También se tenía muy en cuenta la alimentación que era sana y abundante, consistía en productos de granja, tambo y huerta, a la hora de comer compartían la mesa los empleados, los encargados y los alumnos.
Durante el día los niños concurrían a la escuela, o a clase de gimnasia, música, talleres o faenas agrícolas, o granjas o huerta, y en las horas libres alternaban sus juegos con un deporte, como futbol, basquetbol, juego de sapo, bochas, ajedrez, damas, domino o escuchaban música. La Direccion implanto en 1930 los campamentos durante los meses de verano para los alumnos, concurrían en grupos de 50 alumnos de distintas casas-hogares. A orillas del lindante arroyo Morales se construyo una gran plataforma elevada, que servía para la instalación de las carpas y una gran pileta de natación, una casa cocina y un gran tinglado donde habían instalado mesas de comedor.La Colonia contaba con amplios edificios donde estaban la Dirección, la Prefectura, el hospital, el economato, la escuela, la casa de los empleados sin familia, la carnicería y frigorífico, la panadería y los talleres de carpintería, zapatería, ebanistería, herrería, mecánica, hojalatería, pinturería, alfarería, escoberia, fabrica de mosaicos, imprenta, parque avícola, criadero de cerdo, colmenares, tambos completos con ordenes mecánicos y una cremería.Por el prestigio que había adquirido La Colonia a nivel mundial comenzaron a visitarla diversas personalidades vinculadas y hasta alumnos que fueron becados por sus gobiernos para venir a Argentina a comprobar el modelo aplicado, esto dio motivo a la construcción de un pequeño chalet de huéspedes.Para la década de 1980, las problemáticas fueron haciéndose cada vez mas complejas y la Colonia comenzó mas a responder a las necesidades de los adultos que a los fines terapéuticos de los niños. La implementación de diversas teorías hizo que todo entrara en decadencia. Aparece el deterioro y el abandono de la infraestructura, la desactivación de los talleres y la sesión de tierras en forma precaria y gratuita para explotaciones agrícolas.
Hoy la Colonia funciona en parte de los edificios recuperados como un espacio dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, donde se desarrollan actividades recreativas orientadas a jóvenes y niños.
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