A Claude Monet no le gustaban los jardines organizados o encorsetados. Arreglò las las flores en función del color, como si se tratara de pinceladas y las dejò crecer a sus anchas.
Esta es una parte del jardín de agua. Aquì se inspira en los jardines japoneses que Monet conoce por las estampas de las que es un fervoroso coleccionista.
Encontramos en este jardín de agua el famoso puente japones cubierto por las glicinias. Y la otra parte de los jardines es la llamada Le Clos Normand…Un jardín de flores que está delante de la casa..
Ya os podèis imaginar que estas dos partes se oponen y se complementan perfectamente.
Estar allí todo el dìa es muy poco tiempo. La alameda central está recubierta de arcos sobre los que crecen los rosales trepadores. En contrapunto otros rosales cubren la barandilla que bordea la casa. Al final del verano las capuchinas invaden el suelo de la avenida central.
La propiedad se encuentra abierta al público desde 1980.
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