Nosotros disfrutando de la playa y el velero que se arrimaba a la playa; y los navegantes del velero disfrutando del velero y de esta playa salvaje de Jandía. Dar y recibir.
Mar, háblale a mi corazón de tu grandeza.
Cuéntame el cuento de lo constante, de la energía en movimiento.
Sáname con tu arrullo de nana marina, con tu bálsamo de sal que absorbe lo denso.
Háblale a mis células de su antiguo hogar, hace eones.
Susurra a mi niña interna tus canciones de sirenas y de ciudades sumergidas.
Enséñame a respirar, a inhalar y exhalar como tus corrientes internas.
Mar, vacíame de lo viejo, lléname de vida.
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Myriam Aram
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