La iglesia de Santa Maria la Nueva, fue construida a comienzos del siglo XII y posteriormente fue quemada en el llamado "Motín de la Trucha", según el cual los plebeyos de la ciudad apoyaron al hijo de un zapatero, que se resistió ante el despensero de un noble, que quería arrebatarle la trucha que había adquirido en el mercado y prendieron fuego a la iglesia cuando en su interior se encontraban los nobles reunidos para decidir el castigo que debían imponer al pueblo. El rey no tomó represalias contra el pueblo a cambio de que reconstruyeran la iglesia.
Conserva de traza románica el ábside y el muro meridional primitivos, siendo la reconstrucción posterior en torno a 1200, donde se mezclan el románico de su cabecera y el tardo-románico del resto del templo.
Tiene actualmente una amplia nave con grandes arcos fajones, resultado de la fusión de tres naves originales y dos estancias adosadas a ambos lados del ábside central, efectuada en la reforma de 1200, juntamente con una robusta torre adosada a los pies del muro meridional. La cubrición es de armadura de madera a dos aguas.
En el muro sur, y encajada entre dos grandes contrafuertes, se abre una bóveda de cañón hecha en ladrillo y de época posterior, que cobija la portada que se utiliza habitualmente para acceder al templo. Tiene dos arquivoltas, la interior de medio punto y lisa se apoya sobre jambas y la exterior ultrasemicircular, parecida a una herrradura, pero pudiera ser un defecto de construcción, que apoya en columnas levantadas sobre altos podios prismáticos, rematados por capiteles figurativos; el de la izquierda representa una sirena de doble cola y el de la derecha, dos aves de largos cuellos entrelazados.
En el imafronte se abre otra portada sencilla con arco de medio punto y dos arquivoltas lisas, que apoyan sobre jambas, con linea de imposta de listel, nacela y bocel, que continua en arco formando una chambrana.
En la fachada norte encontramos otra portada con arco muy apuntado y tres arquivoltas y chambrana de boceles, mediascañas y nacela, que descansan, la interior sobre jambas y las otras dos sobre columnillas acodilladas, rematadas por capiteles con estrias y una bola en los vértices. Los cimacios se componen de imposta sencilla.
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