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Cuando Ehrenberg en 1832 bautizó a
Arcella le puso acertadamente el nombre latino de una arca diminuta. Y esa arca que guarda su cuerpo blando de ameba, con frecuencia tiene la forma de una cúpula cerrada, en la que una gran puerta circular situada en la base, deja que sus gruesos brazos fluyan, unas veces suavemente, otras desbordándose repentinamente inundando las gotas en las que se mueve reptando.
Cualquier organismo diminuto: alga verde, diatomea, otras amebas más pequeñas…o cualquier otro vestigio de una vida que fue, servirán a
Arcella de alimento, en su travesía por los fondos de los charcos, ríos y lagos en los que suele vivir.
La cúpula de
Arcella puede presentar formas diversas, pero siempre variaciones de una semiesfera más o menos aplastada que puede convertirse en disco.
La especie de hoy, de mediano tamaño, probablemente
Arcella gibbosa , construye su cúpula de semiplaneta mostrando numerosas hondonadas esculpidas simétricamente haciendo un cuerpo de flor.
Es un cascarón de quitina, ligero y resistente que con frecuencia termina tiñéndose con el color de las sales minerales que el agua disuelve en su entorno. La presencia de hierro suele darle tonalidades rojizas y verdosas que velan su interior.
Arcella gibbosa, se caracteriza por presentar un pequeño reborde alrededor de su base y numerosas abolladuras simétricamente dispuestas sobre su cascarón.
Como hoy,
Arcella gibbosa puede presentar una teca incolora, pero más frecuentemente, aparece teñida de amarillo claro o marrón. Su contorno, en vista frontal es circular y en forma de cúpula semiesférica en vista lateral. Tanto el borde basal, como el de la apertura son lisos, mientras que la superficie dorsal tiene una serie de depresiones regulares recubiertas de minúsculos poros poligonales.
El diámetro del cascarón de esta diatomea oscila entre las 79-111 micras y su altura entre las 48 y 76.
Arcella gibbosa vive en agua dulce, entre las algas y detritus de las aguas poco profundas y es relativamente común en lagunas con cierta cantidad de materia orgánica. Hoy en la Laguna de las Verdes, la encontramos en Babia y allí nos hemos quedado contemplándola en su lento caminar.
La imágenes, tomadas en vivo a 400 aumentos con las técnicas de campo oscuro, contraste de fase y contraste de interferencia proceden de una muestra recogida el día 14 de junio de 2024 en las orillas de la Laguna de Las Verdes en las inmediaciones de Torre de Babia en tres preciosos días de alegría y amistad, recorriendo este paraíso de Babia con José Manuel Ortigueira y Antón, David y Almudena, María José y Pablo y Carmen y Carlo
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