en este enlace se puede ver el plano de 1901 en buena resolución, www.digitalcommonwealth.org/search/commonwealth:x633fb079
Pando despues de la Guerra del Pacifico, se convertiría después en uno de los hombres símbolos paceños, sería fundador del partido Liberal, presidente de la República y años después fundaría el partido Republicano.
Me parece importante recordar que la derrota en la Batalla del Alto de la Alianza, que fue el fin de la Guerra del Pacífico para Bolivia, dividió a la población boliviana entre “los guerristas”, que eran partidarios de recobrar, por lo menos, un espacio en el litoral perdido y tener un paso autónomo al mar, y “los pacifistas”, que deseaban el fin de la guerra y un acuerdo pacífico con Chile.
Ello originó el nacimiento de dos partidos políticos antagónicos: los guerristas con el Partido Liberal y los pacifistas con el Partido Conservador.
Teniente coronel, Prisionero despues de perder la batalla escribe la siguiente carta fechada el 2 de junio de 1880 nos muestra su visión en los días siguientes a la batalla del 26 de mayo de 1880.
Tacna, junio 2 de 1880
“Mi querido Fernando... se consumó el sacrificio... abrumados por el número y la superioridad de elementos, hemos cedido después de 4 horas de sangrienta batalla, el 26 de mayo.
Por si mismo, puede usted valorizar la extensión de este desastre.
Muchas víctimas, mucha sangre preciosa nos cuesta la acción pero cábeme la satisfacción de decirle, que no todos pero la mayor parte de los jefes y oficiales del ejército boliviano han restaurado el crédito de nuestras armas: casi todos han cumplido heroicamente su deber.
La tropa se ha conducido como los jefes quisieron guiar. El Batallón 1º “Alianza” y la artillería han destrozado las filas enemigas causándole 600 muertos y 1500 heridos. Nuestras bajas alcanzan a 1200 muertos e igual número de heridos. No me es posible ser mas minucioso... no me queda sino el brazo derecho; me fracturaron el izquierdo: pero espero salvarlo... herido y prisionero debo la vida a la providencia.
Mi pobre, buena y desgraciada familia, es preciso que sepa que aún vivo.
Le deseo felicidad y le envío un cariñoso apretón de manos.
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02 de diciembre de 1871 durante el gobierno del presidente de la República Federico Errázuriz Zañartu, se crea el Ministerio de Relaciones Exteriores, siendo don Adolfo Ibáñez el primer encargado de la nueva cartera.
de acuerdo al investigador histórico Guillermo Parvex: autor de: "Servicio Secreto Chileno en la Guerra del Pacífico" - con sello editorial de Penguin Random House - Godoy propuso la creación de un servicio secreto al Canciller de Chile, Adolfo Ibáñez Gutiérrez. Su grupo de operaciones partió con él y otros tres o cuatro hombres a sus órdenes, empleados de la legación. Parvex identifica a los que irían dando cuerpo a esta red, hacia mediados de 1878: Ramón Rivera Jofré en el Callao (quien espió muy eficazmente la situación de la Marina de Guerra de Perú), Manuel Villagrán en Arica, Antonio Solari Millas en Iquique, José Lañas en Paita, Diego Bruce en Trujillo, Carlos González en Pisagua y Clemente Torreti en Tacna.
Criss salazar nos ha dicho en su blog urbatorium.blogspot.cl/2017/11/servicio-secreto-chileno-e... "Servicio Secreto Chileno en la Guerra del Pacífico" no está en menor categoría de interés y de asombro que las memorias y crónicas sobre el Coronel Varela: si bien hay algunos datos un poco más conocidos entre los investigadores históricos, otros resultan escasamente estudiados y quizás por primera vez podemos hacernos una proporción más completa e integral de lo que fue el enorme esfuerzo de la inteligencia chilena durante la Guerra del Pacífico, en el período que va desde la firma del Tratado de Alianza Perú Boliviano de 1873 hasta la proximidad de la firma del Tratado de Ancón en 1883.
Hasta ahora, todos estos elementos relativos a tales servicios aparecían en los textos históricos como actividades dispersas, sin una cuerda especial de desarrollo ni su observación como parte de una red activa; y así debían ser recolectadas en los libros de historia militar o diplomática, si es que aparecían por ellos a la pasada siquiera. Además, el autor aborda con determinación lo fundamental y categórico que resultó el desempeño de esos hombres para el desarrollo del conflicto y su resultado favorable a Chile, vinculando sus informes con la toma de decisiones que se hicieron durante la guerra.
Llama la atención también el carácter voluntario y no remunerado en que, a partir de entonces, trabajaría la mayoría de estos leales agentes, unos chilenos, otros extranjeros y varios de ellos incuso hijos de los propios países que eran espiados. En la nomenclatura de los agentes diplomáticos observada por Parvex, estos personajes del servicio secreto eran llamados eufemísticamente "prácticos", "comisionados", "gente de confianza" o "personas dignas de fe". Formaron parte de ella desde copetudos políticos encargados en las legaciones hasta chiquillas de vida licenciosa establecidas en los teatros de operaciones, algunos caídos en el anonimato y el olvido absolutos. Abogados, comerciantes, militares, marinos y otros figuran en esa nómina.
El servicio secreto comenzaría a operar en Perú y Bolivia, desde donde fue extendiéndose hacia otros destinos. Estos países, en cambio, no tuvieron la previsión de crear sus propios cuerpos de agentes, salvo por unos cuantos informantes poco estructurados y carentes de una orgánica que le diera eficiencia. De 60 a 100 personas formaron parte del cuerpo chileno de agentes en los terrenos de los países beligerantes, durante todo el período en que existió y durante las diferentes etapas que tuvo; y similar cantidad de ellos habrían operado en Centroamérica, Estados Unidos y Europa. Su trabajo fue tanto o más rotundo para Chile que el de los propios soldados de los campos de batalla, en muchos aspectos.
El trabajo de investigación y el aporte que hace Parvex al respecto es, por lo tanto, invaluable, acompañado de un elemento casi romántico en sus revelaciones y exposiciones desarrolladas en el libro, que Zárate no dudó en comparar con el mismo perfume de la novela histórica "Adiós al Séptimo de Línea", de Jorge Inostrosa, en el día del lanzamiento.
En sus más de 300 páginas, el libro tiene pasajes intensos, otros más técnicos, pero resulta emocionante y cautivante avanzar por todas esas páginas sin necesidad de dramatizar; sólo trasladando al lector a los sentimientos que acompañaron todo ese servicio secreto no exento de riesgos y de escaso reconocimiento hacia quienes lo ejecutaron, pasando por las intrigas, los peligros, las limitaciones comunicacionales de la época, los temores, los sabotajes y los peores riesgos, contrarrestados con la astucia y el patriotismo de aquellos agentes. De ahí la crítica comparativa casi poética y fascinante de Zárate para definir la obra.
Cabe comentar también, que hay una estupenda presentación de los hechos de servicio secreto por parte de Parvex, contextualizándolo con el desarrollo de la crisis diplomática, el inicio de la guerra, su desarrollo y alcances internacionales, característica que se mantendrá durante todo el libro, de tapa a tapa. Así, como desde ahora "todo calza", quedarán explicadas muchas decisiones y acontecimientos diplomáticos o militares que hasta este momento aparecían explicados más bien como hechos independientes, inconexos y, por lo tanto, carentes de elementos basales para su más justa inteligencia
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Ejercito Aliado Perú Boliviano
Generalísimo, general don Narciso Campero. (Presidente de Bolivia)
Jefe de Estado Mayor General, general don Juan José Pérez (Boliviano)
Ala derecha.
Cuartel general, Almirante don Lisandro Montero. (peruano)
6 piezas Krupp, modelo 1879 coronel don Adolfo Flores.
I División Peruana, Coronel don Justo Pastor Dávila
Batallones Lima Nº 11 y Cazadores del Cuzco.
VI División Peruana, Coronel don Cesar Canevaro.
Batallones Provisional de Lima y Cazadores del Rimac
División Reserva Boliviana, Coronel don Ildefonso Murguia
Batallones Alianza 1º de Bolivia, Aroma, Murillo y Zapadores
División peruana de Nacionales, Comandante Prefecto Pedro del Solar.
Columnas Para, Gendarmes, Tacna y Artesanos.
Centro
Cuartel General, Coronel don Miguel Castro Pinto. (boliviano)
1 cañón y 2 ametralladoras al mando del comandante don José Camacho.
2 ametralladoras y 1 cañón rayado boliviano, mandado por el Comandante don Adolfo Palacios.
II División Boliviana, Coronel don Severino Zapata.
Batallones Chorolque, Padilla Grau y Loa.
VI División Peruana Coronel don Cesar Canevaro
Batallones Lima Nº 2 y Rimac.
IV División Peruana Coronel don Jacinto Mendoza
Batallones Victoria y Huáscar.
V División Peruana, Coronel don Alejandro Herrera
Batallones Ayacucho y Arequipa.
Ala Izquierda.
Cuartel General, coronel don Eliodoro Camacho.(boliviano)
9 cañones y 2 ametralladoras, a cargo del Coronel don Arnaldo Panizo.
2 cañones a las órdenes del Comandante don Juan Manuel Pando.
III División Peruana Coronel don Belisario Suárez
Batallones Pisagua y Guardias de Arequipa.
II División Peruana, Coronel don Andrés Avelino Cáceres
Batallones Zepita y Cazadores del Misti.
División Boliviana del general don Claudio Acerta
Batallones Viedma Nº 5, Tarija Nº 7 y Sucre Nº 2.
Caballería de Bolivia.
Escuadrones Vanguardia de Cochabamba, Coraceros, Libres del Sur y Escolta.
Caballeria Peruana
Regimiento Húsares de Junín, Escuadrón Guías, Escuadrón Flanqueadores de Tacna.
Resumen:
Ejército de Perú: 7.992 hombres
Ejército de Bolivia: 5.150 hombres
Total: 13.142 hombres
Ejercito de Chile
Comandante en jefe General don Manuel Baquedano;
Jefe de Estado Mayor General, Coronel don José Velásquez: 24 hombres
Ingenieros.
1ª Cía. Del capitán don David Silva Vergara: 124 hombres
Artillería.
Regimiento Nº 2 Jefe Teniente Coronel don José Manuel 2º Novoa: 841 hombres, con 40 piezas Krupp.
Infantería.
I División.
Comandante, Coronel don Santiago Amengual, y Estado Mayor Divisionario: 7 hombres
Batallón Valparaíso: 351 hombres
Regimiento Esmeralda: 1.138 hombres
Batallón Naval: 585 hombres
Batallón Chillan: 554 hombres
Total de la I Division: 2.635 hombres
II División.
Comandante teniente coronel don Francisco Barceló y Estado Mayor Divisionario: 7 hombres
Regimiento 2º de Línea: 631 hombres
Batallón Atacama: 651 hombres
Regimiento de Línea Santiago: 892 hombres
Total de la II División: 2.181 hombres
III División.
Comandante coronel don José D. Amunátegui, y Estado Mayor
Divisionario: 6 hombres
Batallón Chacabuco: 542 hombres
Batallón Nº 1 de Coquimbo: 527 hombres
Regimiento Artillería de Marina: 667 hombres
Total de la III División: 1.742 hombres
IV División.
Comandante, coronel don Oronsimbo Barboza y, Estado Mayor Divisionario: 4 hombres
Regimiento Lautaro: 983 hombres
Batallón Zapadores: 897 hombres
Batallón Cazadores del Desierto: 484 hombres
Total de la IV División: 2.371 hombres
Reserva General.
Comandante coronel don Mauricio Muñoz y Estado Mayor Divisionario: 5 hombres
Regimiento Buin 1º de Línea: 865 hombres
Regimiento 3º de línea: 1.053 hombres
Regimiento 4º de línea: 941 hombres
Batallón Bulnes: 410 hombres
Total de la Reserva: 3.274 hombres
CABALLERIA.
Comandancia General.
Coronel don José Francisco Vergara: 3 hombres
Regimiento Cazadores a Caballo: 312 hombres
Regimiento de Granaderos a Caballo: 382 hombres
Regimiento de Carabineros de Yungay: 406 hombres
Total de Caballería: 1.103 hombres
RESUMEN.
Total General: 14.147 hombres
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EL Gral. Amengual, entre todos los atributos destacados y reconocidos, poseía uno que quizás pasa inadvertido para los historiadores; su capacidad como organizador de cuerpos militares de la más variada índole.
En 1851 fundó el Batallón de Cívicos Nro. 4.
En 1840 había organizado la Artillería de Marina; en 1842 el Escuadrón de Lanceros de Valparaíso; en 1844 cinco Escuadrones de Caballería en Quillota (su tierra natal).
En 1851 fundó el Batallón de Cívicos Nro. 4 y; el harto famoso y admirado Batallón 7mo. de Línea el 2 de febrero de 1859, el mismo que reorganizaría veinte años después.
1859 El general Santiago Amengual, conocido como el manco Amengual, tenia sus dos brazos solo que el del lado derecho lo tenía paralizado completamente, producto de una bala recibida en la parte media y superior del pecho y que continuo hacia el brazo derecho, en la Batalla de Cerro Grande durante la guerra civil de 1859.
CONDECORACIONES
- Medalla de Oro por el Combate de Cerro Barón (1837).
- Escudo de Honor por el Combate de Buín (1839); bajo las órdenes de Manuel Bulnes.
- Dos Medallas de Oro (una del Gobierno de Chile y la otra del Gobierno del Perú) por la Batalla de Yungay; 1839.
- Medalla de Oro por el Motín Militar de 1851.
- Por Ley del 1ro. de setiembre de 1880, se le concedió una Medalla de Oro y una barra del mismo metal; por Tacna.
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En los funerales del General Baquedano entre los presentes estab,a un pobre de solemnidad, el ex General Santiago Amengual, quillotano, quien en la Guerra del Pacífico fundó nuevamente en 1879 al Regimiento 7º de Línea con el nombre de Esmeralda.
Es nombrado jefe de la 1º División en 1880, participando en la batalla de Tacna, donde tuvo destacada actuación dirigiendo a sus hombres.
En 1887 se retira definitivamente del Ejército, para en la Revolución de 1891 pelear en apoyo de la fuerza de Balmaceda, situación que le marcaría profundamente. Al pertenecer al bando perdedor, es expulsado del Ejército quedando en una condición económica precaria, siendo perseguido y acosado por los vencedores, hasta que en 1897 se le ve en el funeral del General Manuel Baquedano, vestido solamente con harapos.
Es revindicado en sus grados y honores y vive sus últimos momentos dignamente. Muere el 29 de abril de 1898.
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