fue amigo personal de Simón Bolívar. Muy joven llegó hasta Angostura, Venezuela, en el año 1818. Su actividad y valentía le hicieron muy pronto destacar y fue nombrado edecán del Libertador en 1819, año del gran triunfo en Boyacá. Las responsabilidades de Estado que se le dieron fueron relevantes para el resguardo de los intereses de la Gran Colombia (1819-1831).
O'Leary en Chile (1823-1825)
El 19 de noviembre de 1823 llega el edecán O’Leary a Santiago de Chile en busca de un préstamo que solicita El Libertador Bolívar para seguir la campaña de liberación de Perú.
Su misión en Chile se extendió por año y medio, tiempo desesperante para el irlandés, quien prefería estar cerca de Bolívar. No logró su objetivo.
Cuando O’Leary entra en el Puerto del Callao en febrero de 1825 ya ha tenido lugar la Batalla de Ayacucho. Le informa de sus trabajos diplomáticos infructuosos a Bolívar, y se pone a sus órdenes de nuevo como edecán.
A la muerte de Bolívar en el año 1830, quedó marcado como miembro muy visible del partido bolivariano entrado en desgracia. Y cuando esto sucede los castigos son embajadas y representaciones diplomáticas en el exterior. En 1827 se casó con la hermana del general Carlos Soublette (1789-1870) y esto fue providencial para garantizar la supervivencia política en un medio político caníbal.
En 1841 regresó a Venezuela, aunque esta vez como cónsul británico en Caracas y luego en Bogotá. O´Leary ya no sirve a las repúblicas nacientes, sino a su patria de origen. Y como tal tiene conocimientos y relaciones de mucha influencia para garantizar el resguardo y acrecentamiento de los intereses comerciales, políticos y diplomáticos de su nación de origen, Gran Bretaña.
Como dato curioso, también hay otro edecán del Libertador Simón Bolívar, el coronel Belford Hinton Wilson (1804-1858), que incluso le acompañó en el día de su deceso en Santa Marta el 17 de diciembre de 1830. Wilson sustituyó a O´Leary y en el año 1843 fue nombrado en Caracas como Cónsul General y Encargado de Negocios de Gran Bretaña. El coronel Wilson mantuvo la misma línea de acción trazada por su antecesor en evidente coordinación con el Foreign Officer respecto al dominio del Orinoco.
Las lealtades entre los grandes hombres que pueblan los dominios de la Historia son intercambiables. Y los héroes y traidores mudan de piel de acuerdo a una dinámica de las circunstancias tejidas por el elegante misterio de las combinaciones indescifrables. Quizás el cuento: “Tema del traidor y del héroe” (1944) de Jorge Luis Borges, nos permita elucubrar éstas desconcertantes y contradictorias cuestiones.
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José de Larrea y Loredo político, diplomático y magistrado peruano. Fue diputado y presidente del primer Congreso Constituyente del Perú
En 1823 José Larrea vino a Chile como ministro plenipotenciario, teniendo como misión gestionar ante el gobierno de este país el envío de armas y dinero al Perú en pro de la causa emancipadora.
El 19 de noviembre de 1823 llega con el edecán O’Leary a Santiago de Chile en busca de un préstamo que solicita El Libertador Bolívar para seguir la campaña de liberación de Perú. No logró su objetivo.
Reincorporado al congreso, fue uno de los que apoyaron el otorgamiento de la dictadura a Bolívar.
José Gil de Castro, conocido como el «pintor de los libertadores» o «el Mulato Gil», fue un artista pardo nacido en Lima el 1 de septiembre de 1785 el día de San Gil, Castro era su apellido.
La vida de José Gil estuvo orientada hacia el ámbito militar, alcanzando el grado de Capitán de Milicias en la ciudad de Trujillo, Perú.
En dicho lugar comenzó su formación artística, en el taller de Julián Jayo, y prosiguió luego en Lima, en la Escuela Pública de Pintura, donde recibió clases del español José del Pozo, y probablemente en el taller de Pedro Díaz, destacado pintor y retratista cercano a la corte virreinal.
Sería agregado al Cuerpo de Ingenieros y Retratistas, José Gil de Castro Morales se mudo a Chile hacia el año 1810 para cumplir con deberes militares.
En el corto pero intenso período de la reconquista, entre fines de 1814 e inicios de 1817, Gil de Castro había ganado preeminencia como el pintor de elección de las familias identificadas con la monarquía española.
Sus retratos de Fernando VII, de la aristocracia chilena y de algunos de los más conspicuos funcionarios realistas.
Con la caída de la monarquía hispánica, los líderes del nuevo orden republicano demandan sus servicios, entre ellos retrata a Simón Bolivar, Ramón Freire, José San Martín y Bernardo O’Higgins.
Sobre el trabajo como retratista de este pintor, el propio Simón Bolívar escribió en una carta para el General Sir Robert Wilson:
«Me tomo la libertad de dirigir a Ud. un retrato mío hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza».
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Nunca te han contado la Historia completa de la comjura de 1823:
26 enero 1823 - San Martín abandona Santiago para cruzar la cordillera.
28 enero 1823 - Abdicación de O'Higgins.
A fines de 1822 i principios de enero de 1823, nuestra naciente República, desangrada por las luchas de la Independencia i cuando solo quedaba en poder del gobierno español el archipiélago de Chiloé, el supremo director don Bernardo O'Higgins, revestido de facultades omnímodas, hijas del estado excepcional porque habia pasado el pais para poder obtener su independencia. En esta época, decimos, la política del director se habia hecho odiosa a la nacion, ..., de modo, pues, que la República era un volcán proximo a hacer su erupcion. En este estado de cosas, muchos de los vecino mas respetables de Santiago se reunían clandestinamente i deliberaban sobre encontrar un medio que salvase la crítica situacion porque atravesaba el pais, encontrado que fué este recurso i a fin de que su plan fuese mas certero i que una vez puesto en planta saliese bien, no se omitió recurso de ningun jénero a fin de obtener el apoyo de la fuerza militar que a la sazon existia en Santiago; varios de los jefes de dichas guarniciones se comprometieron a secundar las inspiraciones del vecindario, pero teniendo por consigna evitar a todo trance la efusion de sangre.
Arregladas asi las cosas, ..., se convocaba al pueblo de Santiago para que se reuniese al dia siguiente, martes 28 de enero de 1823 a mediodia, en las salas de la Intendencia. El espresado se reunió mucha jente, de lo mas selecto que habia en la capital, ya como patriotas u hombre de posicion social; fué tal la afluencia de jente, que los espaciosos salones de la intendencia eran estrechos, por lo cual se acordó trasladarse a la sala del Consulado, hoi dia lugar donde se reune el Congreso Nacional.
En aquella reunion no habia mas que un solo pensamiento : el salvar al pais de la anarquía que lo amenazaba, i el unico remedio para conseguirlo era obtener del director de grado o de fuerza la dimision del mando. Entre tanto O'Higgins era informado de lo que ocurria, aunque de un modo poco fidedigno...
... O'Higgins no se daba por vencido i cruzó todavia algunas explicaciones con los comisionados, resultando de esto que el director se decidió a deponer el mando en manos de una junta que el pueblo designaria.
La Comision quedó compuesta de los señores Agustín Eysaguirre, don José María Infante i don Francisco Errázuriz, ante la cual comenzó a desprenderse de la banda pronunciando un sentido discurso lleno de patriotismo i abnegacion, depositando la banda sobre la mesa que tenia delante, continuó su discurso: Tomad de mí la venganza que querais, que yo no os pondré resitencia. Aquí está mi pecho. Al decir esto llevó violentamente la mano a su casaca para entreabrir su pecho i mostrarlo asi a los tiros de sus adversarios
02 de julio de 1823, el Director Supremo Ramón Freire entrega pasaporte para trasladarse fuera de Chile, en principio pensó en viajar a Inglaterra, ya embarcado decidió quedarse en el Perú.
Durante los primeros meses de ese año el ex Director Supremo de Chile, vivió en una casa del barrio Almendral de Valparaíso.
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San Martín vino con su sable notoriamente curvo que había comprado en Londres.
Otro que llegó con sus armas por estos pagos fue Giuseppe Rondizzoni (1788 - 1866) quien fue un oficial del ejército italiano que contribuyó a la independencia de Chile . (disculpa la traduccion)
Nació en Mezzano Superiore el 14 de marzo de 1788. Se unió a la Guardia Imperial francesa en 1807. Con el ejército de Napoleón hizo la campaña española en 1808 y la de Austria en 1809. En 1812 participó en la campaña de Rusia, y al año siguiente en el de Alemania . Con Napoleón luchó hasta el final: en 1813 y 1814 en Alemania (las batallas de Lützen, Bautzen, Dresde, Leipzig, Magdeburgo). En 1815, con el rango de capitán , dio pruebas de gran valor en Waterloo . Las guerras napoleónicas le causó un total de cuatro heridas, le ganó veinte menciona en los despachos de su valor y la Legión de Honor .
Volver a Italia después de Waterloo fue admitido en el regimiento del Ducado de Parma gobernada entonces por María Luisa de Austria . Más tarde se trasladó a EE.UU. en Filadelfia , en esta ciudad, se reunió con el general chileno José Miguel Carrera , y en febrero de 1817 viajó con él a Buenos Aires en la goleta Clifton .
En julio de 1817 se unió al ejército chileno y tomó parte en la Sorpresa de Cancha Rayada batalla. Abandonó el ejército tras el fusilamiento de los hermanos Carrera, pero regresó en 1823 con el rango de teniente coronel .
Rondizzoni participó en la expedición por la liberación de Perú de los españoles con el rango de coronel . Luego tomó parte en la expedición de Chiloé en 1824 y 1826.
Participó en la guerra civil de 1829-1830, la lucha junto a Ramón Freire en las batallas de Ochagavía y Lircay. La derrota sufrida en la última batalla le obligó al exilio, primero en Perú y luego en El Salvador .
Regresó a Chile en 1839, donde fue nombrado gobernador de la Constitución el 12 de abril de 1842 y gobernador de Talcahuano el 29 de agosto de 1849. En 1843 fue ascendido a general de brigada .
Se mantuvo leal al gobierno durante la Revolución de 1851, luchando en la batalla de Loncomilla. Fue nombrado Jefe de Estado Mayor del Ejército en 1851. Ese mismo año se convirtió en intendente de Concepción y el intendente de Chiloé, en enero de 1853. En 1861 se despidió del Ejército y se retiró en Valparaíso , donde murió el 24 de mayo de 1866.
Miembro de Legione del Meritum de Chile, el General de Rondizzoni sigue viviendo en la memoria de los chilenos, su país de adopción, lo que le ha dedicado calles, plazas y monumentos e incluso una obra fortificada en el puerto de Talcahuano.
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El personaje militar que destaca es Luis Pereira, Son tres los altos oficiales presentes, el coronel Francisco Formas a cargo del Cuerpo de Artilleros de Santiago, el teniente coronel Mariano Merlo a cargo de la escolta directorial y el coronel Luis Prereira a cargo del regimiento de Granaderos .
Para este cuadro el autor tuvo a la vista el cuadro de Jose Gil de Castro hizo del coronel Pereira.
El pintor Manuel Antonio Caro nació en Valparaíso, en 1835 y murió en la misma ciudad, en 1903.
La pintura de Caro, fundamentalmente óleos, se aboca con cierta maestría a representar temas históricos, retratos y sobre todo, escenas costumbristas.
Las pocas obras de Caro alcanzan un buen nivel técnico y sobre todo, se sitúan como poderosas imágenes del carácter y la historia chilena.
Se dedicó principalmente a la realización de retratos por encargo en su taller de Curanilahue
Por lo mismo, Caro es considerado uno de los primeros pintores que dio curso a toda una temática con raíces nacionales, donde los hechos históricos y populares se convirtieron en protagonistas de una nueva forma de abordar la pintura.
Dejó formada a las tropas en la Plaza y concurrió al Consulado. Con paso firme, pero tranquilo, pasó entre medio de la gente. Se ubicó en la testera, y manteniéndose de pie preguntó: “¿Cuál es el objeto de esta asamblea?”.
Ahí, los concurrentes, sin rodeos, le pidieron que dejara su cargo como Director Supremo de la Nación. O’Higgins contestó que no reconocía a esa asamblea la potestad para pedirle algo así. Poco a poco, el tono de los asambleístas comenzó a subir, ello molestó a O’Higgins, quien respondió con dureza: “No me atemorizan ni los gritos ni las amenazas, desprecio hoy la muerte como la he despreciado en los campos de batalla”. Acto seguido, pidió que se designara una comisión de 10 personas con la cual seguir tratando.
Con ellos siguieron las negociaciones, O’Higgins reveló que se negaba porque habiendo ejercido el mando de la nación, debía entregarlo a esta, representada por un Congreso. Tras tiras y aflojas, se acordó que lo haría “ante una asamblea respetable del vecindario de Santiago”. Luego, la concurrencia deliberó y designó a una junta de gobierno que tomaría el mando: Agustín Eyzaguirre, José Miguel Infante y Fernando Errázuriz. O’Higgins les tomó juramento y luego comenzó a pronunciar un improvisado discurso.
“Siento no depositar esta insignia ante la asamblea nacional, de quien últimamente la había recibido; siento retirarme sin haber consolidado las instituciones que ella había creído propias para el país y que yo había jurado defender; pero llevo al menos el consuelo de dejar a Chile independiente de toda dominación extranjera, respetado en el extranjero, cubierto de gloria por sus hechos de armas”.
“Doy gracias a la Divina Providencia que me ha elegido instrumento de tales bienes, y que me ha concedido la fortaleza de ánimo necesaria para resistir el inmenso peso que sobre mí han hecho gravitar las azarosas circunstancias en que he ejercido el mando”. Y luego, se quitó la banda que llevaba cruzada sobre su pecho y la dejó en la mesa.
Y en ese momento, acaso recordando los juicios de residencia del período colonial (en que se rendía cuenta a los gobernadores una vez acabado su período), el siempre impetuoso O’Higgins volvió a dirigirse a la audiencia: “Ahora soy un simple ciudadano. Mientras he estado investido de la primera dignidad de la república, el respeto, sino a mi persona, al menos a ese alto empleo, debía haber impuesto silencio a vuestras quejas. Ahora podéis hablar sin conveniencia. ¡Que se presenten mis acusadores! ¡Quiero conocer los males que he causado, las lágrimas que he hecho derramar! ¡Acusadme! Si las desgracias que me echáis en rostro han sido, no el efecto preciso de la época en que me ha tocado ejercer la suma del poder, sino el desahogo de mis malas pasiones, esas desgracias no pueden purgarse sino con mi sangre. ¡Tomad de mí la venganza que queráis, que yo no os opondré resistencia! ¡Aquí está mi pecho!”.
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